Fotografía de Katarina 2353
La mejor forma de cultivar la lucidez es con la introspección lúcida y sincera.
Así entenderemos qué es en realidad el ego, pero también el sufrimiento y las emociones negativas que nos impiden ser felices.
Se puede hacer de forma analítica o de forma contemplativa.
El método analítico consiste en evaluar, honestamente, los límites y la extensión de nuestro sufrimiento y, también, del que infringimos a los demás. Esto implica entender cúales son los pensamientos, las palabras y los actos que engendran el sufrimiento y cuáles los que contribuyen a estar mejor.
Evidentemente, antes hay que haber tomado conciencia de que algo no funciona en nuestra manera de ser y de actuar. Después hay que aspirar, ardientemente, a cambiar.
La actitud contemplativa consiste en abandonar durante unos momentos la efervescencia de nuestros pensamientos para mirar, con calma, en el fondo de nosotros mismos -como se contempla un paisaje interior- a fin de descubrir en qué consiste nuestra aspiración más preciada.
Acabaremos constatando que la aspiración principal, la que sostiene a todas las demás, es el deseo de una satisfacción lo bastante potente como para que alimente nuestras ganas de vivir.
Podría resumirse en el deseo: "Que cada instante de mi vida y la de los demás pueda ser un instante de alegría y paz interior".
Fragmento de una entrevista a Matthieu Ricard
Mattiheu Ricard es hijo de un filósofo ateo. Fue criado en la intelectualidad parisina, y es Doctor en Genética Molecular por el Instituto Pasteur de Paris.
A la edad de 26 años decidió abandonar todo y viajar al Himalaya para aprender las enseñazas budistas con los mejores maestros.
Hoy tiene 62 años. Es asesor personal del Dalai Lama y su traductor oficial de francés. Fue pionero en el estudio del tibetano clásico. Habitualmente reside en el monasterio nepalí de Sechen.
Sus últimos treinta años ha desarrollado allí una gran labor humanitaria, creando clínicas, escuelas y orfanatos, lo que le ha valido la Orden del Mérito Nacional francés.
Gran creador. Sus libros de fotografías sobre el entorno del budismo tibetano han dado la vuelta al mundo.
Tiene tres libros traducidos al castellano: El monje y el filósofo, en el que expresa un profundo debate ideológico con su padre, el filófoso Jean-François Revel (ya fallecido); El Infinito en la palma de la mano y En Defensa de la Felicidad.
Un estudio elaborado por expertos de la Universidad de Winsconsin -que le sometieron a todo tipo de pruebas médicas- afirma que es El Hombre Más Feliz del Mundo.
Elegí la foto a primera vista.
La fina línea que delimita ambos tonos en el color del cereal es la que separaría (en mi imaginación, lógicamente) las dos alternativas de introspección expuestas en el fragmento de la entrevista con Matthieu Ricard. Ambas forman parte del mismo campo, y tienen idéntico origen y fin. En una de ellas (bajo mi punta de vista) fructifica, además un árbol. Sus frutos alimentan y su sombra cobija a quienes lo transitan.
Artea
Bonus track.-
Artista: Lito Vitale
Tema: Para soñar y reposar
Álbum: Música para soñar y reposar III (2002)
4 comentarios:
POdemos pensar que hay demasiadas cosas en la vida que estan separadas por una fina linea. La fotografía es de lo mas expresiva. Ayer enterramos a una amiga, madre de dos adolescentes.La linea entre la alegría y la tristeza, la vida y la muerte es tan fina que aveces da vértigo . Lo bueno es que no siempre tenemos que analizar todo lo que nos ocurre porque sino se nos olvidaría hacer cosas, vivir en definitiva.
Gracias por el blog
un saludo fuerte.
Aney
Hola aney.-
Permíteme que te ofrezca un sincero, afectuoso y gran abrazo para compartir contigo estos momentos de dolor por la pérdida de un ser querido.
Es frecuente que vivamos como si nunca tuviéramos que llegar a un fin. Todos sabemos que hay un fin, pero en nuestro quehacer diario solemos actuar como si esto no fuera así.
Por otra parte, tampoco disfrutaríamos la vida si estuviéramos permanentemente angustiados por la idea de una muerte próxima o inmediata, cual si fuera una auténtica espada de Damocles pendiente de nuestro cuello.
Recuerdo unas palabras de Eckhart Tolle en las que aconsejaba visitar -al menos una vez al mes- un cementerio. Lo hacía con el ánimo de que no olvidemos cómo acaba esto.
Decía esto al tiempo que destacaba la importancia de vivir el momento presente; que a fin de cuentas es la única realidad verdadera.
Es, precisamente, en este contraste de opuestos donde puede observarse con toda claridad esa "fina línea" que separa todo acto, pensamiento o sentimiento.
Y es precisamente esa dualidad la que "crea y da vida" a la unidad de pensamiento, sentimiento y acción.
Pensar, sentir y actuar en una misma dirección.
Hoy tocará llorar. Lloremos pues.
Mañana quizás reir. Riamos pues.
Pasado seguramente vivir. Vivamos pues.
Y algún día morir. Hagámoslo también.
Un fuerte abrazo.
gracias
Aney
Gracias a ti.
Es un placer compartir un breve momento con tu presencia.
Cuídate.
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