El llanto ha cesado...
ya no asoma al frontal de mis ojos...
cada vez que suena determinada canción.
Los gritos han callado...
no brotan de las entrañas...
cuando los recuerdos asaltan la mente.
El sentimiento de pérdida...
ha dado paso a una nueva sensación...
mezcla de tranquilidad y sosiego.
La agitación y el insomnio...
se han transmutado en quietud,
sueño profundo y reparador descanso.
Mi corazón encuentra, cada día...
nuevas razones por las que seguir latiendo...
e impulsando sangre al resto del cuerpo.
Otros ojos iluminan mi mirada....
Otros labios son objeto de mi deseo...
Otros brazos me acogen en su seno.
No encontré razones a lo ocurrido...
pero dejé de buscar explicaciones....
y finalmente, el ruido cesó.
Recorriendo el camino...
entre olor a tierra mojada...
he vuelto a la senda... rumbo a la felicidad.
Artea