Lego los suburbios de una idea
un tríptico de espejos que me agrede
el mar allá al alcance de la mano
mis cóleras por orden alfabético
y un breve y curioso estado de ánimo
que todavía no sé si es inocencia
o estupidez malsana
o alegría.
Fragmento del poema
Testamento de miércoles, de
Mario Benedetti.
Los maestros de verdad nunca desaparecen,
sus huellas siempre permanecen
mostrándonos el camino.
Artea
2 comentarios:
Es el tercer blog en el que veo una entrada referida a Benedetti. Por qué será?
Desde luego no te falta razón al decir que es un maestro; sabía decir grandes cosas de manera realmente sencilla. Por mi parte no encuentro otra manera de rendirle homenaje que cambiando el texto de la puerta de casa por uno de sus poemas.
Abrazos pretos.
Como diría mi querido Dersu Uzala, era "buena gente"... y eso, al final, es lo que verdaderamente te llevas.
Un abrazo Susana.
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