De un magnífico libro, un estupendo extracto. Unas líneas que deberían hacernos reflexionar sobre la importancia de cada uno de nuestros actos.
Tiempo para pensar...
Y si el próximo verano, paseando por la playa encontramos una estrella...¿qué haremos?.
Y mañana... ¿qué haremos con cada uno de nuestros actos?
En una puesta de sol, un amigo nuestro iba caminando por una desierta playa mexicana. Mientras andaba empezó a ver que, en la distancia, otro hombre se acercaba. A medida que avanzaba, advirtió que era un nativo y que iba inclinándose para recoger algo que luego arrojaba al agua. Una y otra vez arrojaba con fuerza esas cosas al océano.
Al aproximarse más, nuestro amigo observó que el hombre estaba recogiendo estrellas de mar que la marea había dejado en la playa y que, una por una, volvía a arrojar al agua.
Intrigado, el paseante se aproximó al hombre para saludarlo:
- Buenas tardes, amigo. Venía preguntándome ¿qué es lo que hace?.
- Estoy devolviendo estrellas de mar al océano. Ahora la marea está baja y ha dejado sobre la playa todas estas estrellas de mar. Si yo no las devuelvo al mar se morirán por falta de oxígeno.
- Ya entiendo -replicó mi amigo-, pero sobre esta playa debe haber miles de estrellas de mar. Son demasiadas, simplemente. Y lo más probable es que ésto esté sucediendo en centenares de playas a lo largo de esta costa. ¿No se da cuenta de que es imposible que lo que usted puede hacer sea de verdad importante?.
El nativo sonrió, se inclinó a recoger otra estrella de mar y, mientras volvía a arrojarla al mar, contestó:
- ¡Para ésta sí que es importante!.
Jack Canfield y Mark V. Hansen en Sopa de pollo para el alma. (Editorial Alba)
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