02 septiembre 2008

Recolocar

Desierto


Hoy, al acabar la jornada laboral, regresaba paseando -como casi siempre- hasta casa.
En ese famoso semáforo que ya conocen los asiduos lectores del blog me detuve a observar cuando, de pronto, me vino a la cabeza el e-mail con que un compañero de trabajo anunciaba esta mañana su inminente jubilación.

Hace aproximadamente un año tuvo que ser operado de urgencia cuando, debido a unos problemas intestinales que presentó de forma aguda, los médicos le diagnosticaron un cancer de colon.

Superó bastante bien la intervención quirúrgica; aunque salió de la misma con la tan temida "bolsa" que debe implartarse a algunos enfermos tras este tipo de cirugía.
Sobre el papel nada tiene de particular, pero añade una importante carga psicológica a quien todavía tiene que superar, además, un casi seguro período de tratamiento quimioterápico.



Todo fue bien.
Superó también la "quimio" y en breve volverá a ser intervenido para quitarle la "bolsa" y restituir la función natural de su propio cuerpo.

A propuesta de los servicios médicos de la empresa, y considerando su edad, llegó el momento de cambiar de vida.

En su correo recalcaba su proceso de superación de la enfermedad; haciendo hincapié en que ha pasado un año "sanando psicológicamente".

Contaba como este trance, que le ha tocado en suerte vivir, le ha hecho descubrir (y describir) las cosas verdaderamente importantes: lo cotidiano, el día a día, la familia y los amigos.

Hablaba de que su proceso curativo ha corrido paralelo a la "recolocación" de sus prioridades vitales.

Sin por ello denodar las obligaciones laborales a que casi todos estamos sujetos, él, que siempre se ha caracterizado por priorizar su actividad laboral y profesional por encima de muchas otras cosas, insiste ahora -tras su experiencia de profundo sufrimiento- en que el cancer le ha ayudado a "encontrar" el verdadero lugar que ocupan "las cosas" en la lista que cada uno de nosotros se elabora.

Me decía a mí mismo que ese "encontrar", en el fondo no era otra cosa que "encontrarse" de nuevo con el mejor de los amigos: uno mismo.

Me recordaba a mí mismo en circunstancias parecidas, aunque ni mucho menos tan intensas desde el punto de vista físico, hace apenas unos poquitos años.

Resulta asombroso el poder de curación que tiene en si misma la propia enfermedad.
Es impresionante el eco interno que puede alcanzar el sufrimiento.
Y, lamentablemente, parece inevitable -en la mayor parte de ocasiones- tener que pasar por algún tipo de "drama" ya sea físico, psíquico o emocional para aprender a valorar las cosas realmente importantes de nuestra pequeña existencia.

Sabido es que estas dificultades ayudan a superar-se a uno mismo.
Sabido es que de ellas se aprende mucho; y que normalmente, uno sale muy reforzado de este tipo de experiencias.

Habrá pues que revisar y recolocar, periódicamente, las prioridades en la lista que completa nuestra mochila en este continuo devenir que es nuestro camino.


P.D.
Teresa pronto abandonará el hospital.
Es momento de dar las gracias a la llama de la vela, y al humo del incienso... y a todos aquellos que invocaron su nombre al leer el artículo.


No es que nos falte o nos sobre.
El tiempo no existe.
Solo el ahora es real.

Artea

7 comentarios:

Tormenta. dijo...

Hola niño, me alegro que Teresa en cierta manera, este a salvo es duro superar un cancer, sobre todo, vivir con él.. mis mejores deseos, de corazón.De verdad.
Un abrazo.,Grande.

Ashbless dijo...

La historia de tu compañero de trabajo es tremenda. Las enfermedades muy graves, como el cancer, nos asustan, y un tabu impide relativizarlas.

Pero por lo que cuentas ha sido una etapa, una prueba con un precio terrible, pero también con una recompensa a la altura.

El universo equilibra siempre las cosas, si eres capaz de verlo. Y nada llega solo porque si.

Bienvenido al mundo de todos los días. Leer cada dia el Tao Te King era bueno, pero leerte es mejor.

Artea dijo...

Hola de nuevo Esther.
Gracias de nuevo por tu interés en la mejoría de Teresa.

Hay que vivir... mientras la vida quiera continuar junto a nosotros.

Un besote.

Ashbless... celebro verte de nuevo.
Echaba de menos las lecturas en tu sitio.
Regresamos al mundo que nos ha tocado en suerte vivir.
Coincido en tu apreciación sobre el equilibrio. Todo tiene su porqué, su cuándo y su cómo.

Un saludo.
Lo difícil es saberlo ver, e incluso comprender.

Anónimo dijo...

Soy con usted, en este período difícil en la vida y le envío toda mi ternura.

Artea dijo...

Merci bien, Sylvaine.

Mais je ne suis pas le malade.
Est un compagnon du travail qui, Dieu merci, a dépassé la maladie et a trouvé de nouveau la vie.

L'article souligne ce qui est relatif de l'importance que nous attribuons aux choses.

Bisou.

Anónimo dijo...

Je suis soulagée...
et oui...les choses ont bien l'importance qu'on veut leur donner.
Baiser à toi

Artea dijo...

Il me paraissait évident que tu avais mal interprété le texte.

;)