07 octubre 2008

El perdon

Tibetano en oración



Hacernos daño, herirnos, ofendernos, suele ser cosa de poco tiempo, unos minutos, a veces unos segundos... pero "curar" tales "heridas" con la única medicina eficaz que es el perdón, es un proceso bastante más largo hasta para las personas más sanas y maduras psicológicamente.

Bernabé Tierno en Aprendo a vivir.

Cuántas veces habré visto esto en mi entorno más cercano.
Cuántas amistades echadas por la borda por granitos de arena convertidos en montañas.
Cuán fácil es hacer daño... y cuán difícil perdonar.
Y cuantos males (propios y ajenos) cura... el bálsamo del perdón.

Fotografía de Javier Camacho

6 comentarios:

Anónimo dijo...

El perdón, como el odio, son tan difíciles de trascender...

Artea dijo...

Cierto Sylvaine. Lo son.

Pero si sabemos encontrarlo y aplicarlo...los beneficios son tan grandes...que merece la pena el esfuerzo.

Un beso.

Anónimo dijo...

Perdonar puede ser inmediato, lo que se alarga más es olvidar.
Un beso

Artea dijo...

Toda herida tarda en cicatrizar el tiempo equivalente a su profundidad.

Es un hecho quirúrgico, pero también sucede así en las otras facetas de la vida.

Lo importante es saber aplicar la "medicina" correcta en cada caso.

Y la pomada "El Perdón" lleva siglos demostrando su eficacia, cualquiera que sea la profundidad de la herida.

El tiempo solo acaba existiendo en nuestra cabeza.

Un beso Klimtbalan. :)

Susana dijo...

Lamentablemente, cuántas veces es complicado pedir perdon... cuando la segunda parte implicada no lo acepta, especialmente en los malentendidos.
Abrazos.

Artea dijo...

El perdón, aunque no lo parezca, es tanto un acto de perdonarse a sí mismo como al otro.

En sí mismo incorpora el reconocimiento del error y la voluntad de cambio (rectificación). Es un acto cargado de humildad.

Llevado a efecto con el corazón limpio suele producir empatía en la otra parte.

Un corazón no-empático ante el perdón, si este es verdadero, es un corazón enfermo... y primero debe encontrar su propio perdón.

Y probablemente la propia autoestima.

A los malentendidos, diálogo y entendimiento (eso que venimos a llamar sentido común... y que muchas veces es el menos común de los sentidos).

Un fuerte abrazo.