17 octubre 2008

Las tinajas

camino con flores



Un cargador de agua de la India tenía dos grandes vasijas que colgaban a los extremos de un palo que él llevaba encima de los hombros. Una de las vasijas tenía varias grietas, mientras que la otra era perfecta y conservaba toda el agua hasta el final del largo camino desde el arroyo hasta la casa del patrón.

Cuando llegaba el cargador, la vasija rota tenía la mitad del agua. Durante dos años esto sucedió diariamente. Desde luego, la vasija perfecta estaba muy orgullosa de sus logros, pues se sabía infalible para los fines que fue creada. Pero la pobre vasija agrietada estaba muy avergonzada de su imperfección y se sentía miserable, porque solo podía hacer la mitad de lo que se suponía era su obligación.

Un día, la tinaja quebrada le habló al aguador diciéndole: “Estoy avergonzada y me quiero disculpar contigo, porque debido a mis grietas solamente puedes entregar la mitad de mi carga y solo obtienes la mitad del valor que deberías recibir”.

El aguador le dijo compasivamente: “Cuando regresemos a la casa quiero que notes las bellísimas flores que crecen a lo largo del camino”. Así lo hizo la tinaja. Vio muchísimas flores. Pero no dejó de sentirse apenada.

El aguador le dijo entonces: “¿Te diste cuenta que las flores solo crecen a tu lado del camino? Siempre he sabido de tus grietas y quise sacar el lado positivo de ello. Sembré semillas de flores a lo largo del camino por donde vas y todos los días las has regado. Por dos años yo he podido recoger estas flores para decorar el altar de mi maestro. Si no fueras exactamente como eres, con todos tus defectos, no hubiera sido posible crear tanta belleza”.

Cuento hindú.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

En el continuo fluir de la energía, cuantas veces nos perdemos en lo productivo y olvidamos lo natural, como el fluir del agua.
Llego aquí por recomendación de Klimbalant, y la verdad ha sido muy grato el descubrimiento, aunque algo "improductivo" pues queriendo escribir, he terminado visitando Namaste y "perdiendo" la mañana. Ahora trataré de recuperarme con un paseo por el Parque Lineal, respirando la lluvia y empapándome con el canto de los pájaros.
Veo en tu blog que dominas la técnica del ciberespacio y buscas el equilibrio de tu cuerpomente. Espero que lo vayas logrando. Gracias por compartir tu búsqueda. Espero vovlver a visitarte. Un bioabrazo.

Artea dijo...

Hola Alcaudoncillo.-

Me acerqué también a tu sitio por recomendación de nuestra común amiga.

Hizo mención de tí en un comentario de este blog.

No he tenido mucho tiempo para leerte con detalle, aunque estás agregado a mis marcadores.

Supongo que todo se andará.

Bueno, en cuanto a lo de tu mañana "perdida" solo decirte que si acabaste en Namaste, a buen seguro que habrás "ganado" mucho.

Tiempo habrá pues de leernos y comentarnos con mayor sosiego y con tiempo por delante.

Confío que sea más pronto que tarde.

Un cordial saludo.

Anónimo dijo...

Hombre!! (mejor dicho, hombres!!) que sorpresa, entro para hacer un comentario, después de leer este bello relato que me ha emocionado y me encuentro a dos amigos estupendos que, creo, tienen mucho en común. Me alegra que os hayáis tuteado.
Besotes para los dos...
El cuento precioso!!

Artea dijo...

Solo llamo de usted, a quien me llama de usted.

Y lo hago para preguntarle si le puedo tutear.

Así es como me sale a mi. :D