27 octubre 2009

Los errores de ayer

Puerta al campo

Fotografía de Margotte apprentie naturaliste

El portal de la alegría aparece cuando uno se anima a vivir, simplemente, de instante en instante, asumiendo las oportunidades de una vida creativa.
La avenida del sufrimiento inútil nos mantiene oscilando entre la sumisión y la rebeldía, entre la postergación y el lamento, entre la bronca y la frustación.
¿Para qué quedarnos con los errores de ayer si son tantos y tan buenos los que podemos cometer hoy?.
Dejemos el pesimismo para épocas mejores.

Enrique Mariscal en El poder de lo simple.

No son pocas las ocasiones en que creemos arrastrar pesadas cargas.
Cargas que, pensamos, nos impiden alcanzar aquello que deseamos.

El tiempo ha acabado por demostrarme que, en realidad,
esas pesadas cargas, vistas a la luz de nuestro interior,
son tan livianas como un plumón de oca.

Artea

Bonus track.-



Artista: Anugama
Tema: Morning Breeze II
Álbum: Morning Breeze (1986)

4 comentarios:

Susana dijo...

Me quedo con la frase que dice "¿Para qué quedarnos con los errores de ayer si son tantos y tan buenos los que podemos cometer hoy?" Al fin y al cabo, nada desgasta más que estar siempre pendientes de no cometer errores. ¿Por qué no "permitirnos" de vez en cuando alguno?
Un abrazo, Artea.

P.D. La música preciosa, como de costumbre.

Sylvaine dijo...

En nuestra casa más subimos en los pastos de montaña más las puertas se cierran por no poder vender su leche y hacer su queso fresco a un precio equitativo.

alestedemadrid dijo...

Dejemos el pesimismo para tiempos mejores... es una buena receta. Bien pensado cuanto más lo aplacemos mejor. No hay que añadir más cargas a las que ya se presentan. Un abrazo

Artea dijo...

Hola Susana.-

Probablemente uno de los errores más frecuentes es pensar que no tenemos que cometer errores.

Pienso que, equivocarse, es una necesidad.

Porque no creo que nadie cometa errores a sabiendas.

En este contexto, es la puerta de la experiencia.

Un fuerte abrazo.

Hola Sylvaine.-

Desgraciadamente no hemos puesto en valor la importancia de lo natural, de lo rural, de lo manual.

Al asignarle un mero valor económico hemos desvirtuado su última esencia de autenticidad.

Es un pecado que pagaremos, más tarde o más temprano.

Un fort bisou.

Hola alestedemadrid.-

Solemos imaginar mejores futuros y vivir apesadumbrados presentes.

Tu propuesta, que comparto, es invertir esta realidad.

Mejor vivir con plenitud el presente... que ya tropezaremos con el futuro en algún momento.

Un fuerte abrazo.