01 enero 2008

Al viento

Banderas de oración tibetanas



Una de las categorías que conforman este blog lleva por nombre Palabras al Viento.
Es una categoría en la que incluyo escritos y reflexiones propias.
Le puse ese nombre inspirado en las banderas de plegarias tibetanas.

En el Tibet se tiene la costumbre de escribir sutras, oraciones y plegarias en trozos de tela (normalmente de alguno de los colores de la propia bandera tibetana). Estas telas se cuelgan a la intemperie en lugares considerados sagrados para que el viento lleve la plegaria hasta Buda. Eso al menos es lo que creen los tibetanos.
Quedan allí hasta que el viento las desintegra. Es su destino.



Plegarias al viento
Wallpaper de banderas tibetanas (1024 x 768)

En el inicio del nuevo año, me parece oportuno lanzar al viento el final de una plegaria tibetana que tiene por nombre "el gran rey de las plegarias".

Cuando arribe el momento de mi muerte,
pueda permanecer libre de obscurecimientos espirituales;
pueda percibir la cara de Amitabha
y trasmigrar a Sukhavati, la tierra pura del supremo gozo.

Habiendo ahí arribado, pueda satisfacer
todos los fines de ésta plegaria de aspiración
y beneficiar a los incontables seres sensibles
que residen en las diez direcciones.

En el gozoso mándala del buda Amitabha
pueda renacer de un bello loto
y pueda ahí contar con el placer de obtener
una profecía pura del mismo Amitabha.

Habiendo ganado ésta palabra profética
por el poder de la mente, pueda llenar a todas las direcciones
con muchos millones de emanaciones místicas
y traer beneficios ilimitados al mundo.

Si a través de recitar ésta plegaria de los métodos sublimes
he amasado un insignificante fragmento de bondad
pueda trabajar inmediatamente para satisfacer
todas las aspiraciones de dharma de los seres sensibles.


Su poder quedará ahí,
permanentemente al viento...
como mis palabras...
intentando encontrar un eco...
en el corazón de algún caminante.

Que el nuevo año
os colme de felicidad.

2 comentarios:

Alejandro de Andúnië dijo...

Qué hermoso mensaje, gracias por compartirlo y dejar que fluya con el viento a todo el mundo. Mira hasta donde llegó.
Saludos

Artea dijo...

Hola Alejandro.-

Del mismo modo que el viento no olvida elevar ninguno de los granitos de arena de cada desierto del planeta...

Tampoco olvida ninguna plegaria...

Todo acaba ocupando su sitio.

Un cordial saludo.