25 diciembre 2008

Navidad

Especias



El paso del tiempo ha traido como consecuencia que en fechas como estas aprecie más la calidad que la cantidad; que prefiera la serenidad al jolgorio; que opte por la profundidad de los abrazos prolongados antes que por el compromiso del besito mejillero.

Todas las cosas van tomando un ritmo mucho más lento y pausado que me hace disfrutar de una manera distinta circunstancias que, aún siendo iguales antaño, destilan ahora su verdadera esencia.

Una suerte disfrutar de los mios, y también, haber visto amanecer el día de Navidad.
Realmente precioso.

Felicidades.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Afortunado tú...

Javier Medel Cabañas dijo...

Maduras adecuadamente, que diría un maestro. Yo también disfruté de la mañana de Navidad, paseando con los míos (cosa rara) por el Parque Lineal, con música de verdecillos, carboneros y petirrojos (entre otros).
Un bioabrazo, en un nuevo día.

Artea dijo...

Esto es como todo Klimtbalan.
Tiene dos caras.
Buscar o encontrar.
Es cuestión de elegir.
Un besito navideño. :)

Hola Alcaudoncillo.
Hermosa mañana la del día de Navidad.
Un amanecer limpio y claro salvo por unas ligeras nieblas que cubrían el horizonte marino. Por lo demás, una auténtica inundación de claridad, luz y color.
Como decía alguien en la película de El Último Samurai: perfecto.

Un fuerte abrazo.