20 marzo 2009

Diarios de la calle

Cartel película Diarios de la calle



Inspirada en un hecho real protagonizado por un grupo de estudiantes de Long Beach (California) tras los violentos incidentes raciales de 1992 The freedom writers diary, que han venido a traducir al castellano como Diarios de la calle (aunque casi nada tenga que ver con su título original) es una de esas películas que nos invitan a reflexionar sobre algunos de los dilemas que atacan nuestros tiempos.

Va bien para un sábado por la tarde.

Os animo a verla.

7 comentarios:

Susana dijo...

Bueno, pues haremos lo posible por ver la peli. Quién sabe, tal vez me de pistas sobre qué está pasando en los coles.
Abrazos.

Artea dijo...

Seguramente también da pistas sobre lo que pasa en las casas... que no toda la educación se recibe al final en los colegios.

Un abrazo Susana.

Susana dijo...

Razón no te falta, pero lamentablemente cada vez se nos exige más a los profes y se piensa que en las familias hace falta menos...
De todos modos, cierto es. A ver cuándo la puedo ver, que ya está preparada.
Abrazos, Artea.

Gio J. dijo...

gracias a ver si la encuentro "por ahí"...

saludos.

Artea dijo...

Hola Susana.-

Ya sabes que esto de eludir las responsabilidades es una profesión en nuestro país. Basta con mirar a nuestra propia clase política (aunque unos más que otros).

Muchos padres ya no tienen tiempo para dedicar a los hijos, por lo que no son pocos los casos en que la crianza queda en manos de abuelos o guarderías.

Después viene el colegio y los grandes problemas de ... ¿qué hacemos con los niños cuando cierra el cole?.

Fuerza para aguantar el tirón.

Y un fuerte abrazo.

Hola yiokun.

A poco que sepas buscar estoy bien seguro que la encontrarás. Nada escapa al Sr. Google si saben utilizarse inteligentemente sus argumentos.

Un fuerte abrazo.

Susana dijo...

Bueno, por fin llegó el finde, y con él el tiempo para dedicarme a mí...
He visto la peli, y ha habido un par de escenas que me han emocionado muchísimo, la verdad. Una es la del "juego de la cinta" que hace la profe con sus alumnos. Tantas diferencias, y sin embargo tantas cosas que los unen. La segunda, los brindis. Uffff.
Hay también escenas no tan bonitas, todas aquellas en que se ponen zancadillas a los chicos de la clase "de los tontos". De esos profes y de esas personas está el mundo lleno, así que prefiero quedarme con lo positivo; como comprenderéis....
La verdad es que aquí no hay muchas escuelas como la que pinta la película. Mi cole es de lo "peor" de Zaragoza, pero sólo porque tenemos alrededor del 86% de población inmigrante. Y digo que es de lo peor porque es la visión que se tiene de nosotros en el barrio.
Lo cierto es que nuestro colegio es un auténtico gueto, en el que conviven de manera totalmente pacífica cerca de 30 nacionalidades diferentes (incluída una pequeña minoría de alumnado de padres españoles).
Tal vez sea que los chavales están acostumbrados a convivir con otras nacionalidades diferentes durante gran parte de la jornada, pero debo decir que estoy admirada de los pocos conflictos que hay en el recreo (claro, que de vez en cuando hay excepciones... ).
Hubo un día que me impactó ver hasta qué punto están mezclados unos con otros, y fue durante las fiestas del Pilar. La última tarde antes de los días de fiesta vinieron los cabezudos al cole, y me pareció muy bonito ver cómo negros, chinos, latinos, árabes, rumanos y un larguísimo etc. corrían alrededor de ellos... Supongo que habrá a quien esto le parezca una tontería, pero puedo aseguraros que me pareció una estampa de las de guardar en el recuerdo.
Si hubiese más maestros y profesores como la de la peli, implicados con sus alumnos, seguramente muchos de los conflictos que nos podemos llegar a encontrar en las aulas (y por extensión en la sociedad) podrían llegar a desaparecer, o al menos serían menos graves.
Pienso que merece la pena intentarlo, y a ello dedico gran parte de mi jornada. Ellos lo merecen.
Abrazos, y gracias Artea por hacerme parar por un momento a pensar en esto.

Artea dijo...

Bueno Susana.-

Personalmente carezco de experiencia docente, pero por lo que me relatan varios amigos y amigas que son profesores de instituto la cosa tiene sus migas.

En general tengo la impresión de que existe una cierta confusión en el tema de la educación y, en mi modesta opinión, bastante tiene que ver el tipo de sociedad en que nos hemos involucrado.

Cada vez más (aunque en estos momentos el paro alcanza cifras desorbitadas) ambos miembros de la pareja trabajan fuera de casa. Cada vez más, las jornadas laborales son más prolongadas (a pesar de lo cual somos de los menos "productivos" del continente europeo). Cada vez más existe menos tiempo para dedicar a la familia.

No debe sorprendernos pues que, en cierto modo y del mismo modo que muchas parejas acaban "delegando" las tareas del hogar, aparezca una cierta sensación de que la educación de los hijos no es una tarea de su competencia. De hecho a veces resulta complicado tener un par de horas diarias que dedicar a los hijos.

Así pues, proliferan todo tipo de situaciones en las que padres e hijos ignoran tanto unos de otros como variedades de actividades extraescolares, videojuegos, gimnasios, etc...ocupan el tiempo de ocio de unos y otros que -parece ser- debe ser completado cual agenda laboral.

Es momento de pararse a pensar un poco en esto.

Ya, de hecho, suele ser común que la maternidad se estrene en edades en las que uno debería estar ocupándose de adolescentes en lugar de recién nacidos.

Y todo esto, al final tiene un precio.

Por mi parte, desde luego, viva la mezcla racial. Siempre he pensado que mejora las razas originales, es un campo de aprendizaje común y nos hace a todos mejores.

Es lamentable, aunque quizás inevitable por el momento, que existan estos calificativos de "mejores" o "peores" en función del tipo de enseñanza (pública o privada) y el "formato" de colegio (religiosos, elitistas, de inmigrantes, etc...)

Pero doy por hecho que todo eso está superado por gente que, como tú, teneís que hacer que al final, los niños (y niñas) alcancen a ser "personas".

Vayan mis animos al efecto.

Un fuerte abrazo.