03 septiembre 2010

Aroma de regreso

Las claves de la felicidad

Fotografía de cä

La vida no es justa, pero aún así es buena.
Cuando tengas una duda, sólo toma el siguiente paso pequeño que venga.
La vida es demasiado corta para perder el tiempo odiando a alguien.
Tu trabajo no te cuidará cuando estés enfermo, tus amigos y familia sí. Mantente en contacto.
No tienes que ganar cada discusión. Debes estar de acuerdo en no estar de acuerdo.
Llora con alguien. Alivia más que llorar solo.
Está bien enojarse con Dios, ÉL lo puede soportar.
Cuando se trata de chocolate, la resistencia es inútil.
Haz las paces con tu pasado para que no arruine tu presente.
Está bien dejar que tus hijos te vean llorar.
No compares tu vida con la de otros. No tienes ni idea de cómo es su travesía.
Respira profundamente. Eso calma la mente.
Elimina todo lo que no sea útil, bonito o alegre.
Lo que no te mata, en realidad te hace más fuerte.
Nunca es tarde para tener una infancia feliz. Pero la segunda sólo depende de ti.
Cuando se trata de perseguir aquello que amas en la vida, no tomes un NO como respuesta.
Enciende las velas, utiliza las sábanas bonitas, ponte la lencería cara. No la guardes para ocasiones especiales. Hoy es especial.
Se excéntrico ahora. No esperes a ser viejo para serlo.
El órgano sexual más importante es el cerebro.
Nadie es responsable de tu felicidad, sólo tú.
Enmarca todo supuesto "desastre" con esta frase: "En cinco años, ¿esto importará?"
Perdona todo a todos.
Lo que otros piensan de ti, no es tu problema, ni te incumbe.
El tiempo cura casi todo. Dale tiempo al tiempo.
Por más buena o mala que sea una situación, algún día cambiará.
No te tomes tan en serio. Nadie más lo hace.
No cuestiones la vida. Sólo vívela y aprovéchala al máximo hoy.
Envejecer es mejor que la alternativa ... morir joven.
Tus hijos solo tienen una infancia, procura no perdértela.
Todo lo que verdaderamente importa al final es que hayas amado.
Sal todos los días. Los milagros están esperando en todas partes.
Si juntáramos nuestros problemas y viéramos los montones de los demás, querríamos los nuestros.
La envidia es una pérdida de tiempo. Tú ya tienes todo lo que necesitas.
Lo mejor está aún por llegar.
No importa cómo te sientas ... arréglate y preséntate.
Cede.
La vida no está envuelta con un lazo, pero sigue siendo un regalo.

Regina Brett (The plain dealer)

Hace pocos días releía este texto de Regina Brett, que no tiene 90 años por mucha leyenda urbana que circule al respecto.

El final de las vacaciones siempre es un momento interiormente relevante... como un paso que te sitúa ante dos horizontes distintos: aquello que acaba de concluir, normalmente con un agradable sabor... y aquello que empieza a iniciarse, normalmente asociado a un ritmo y secuencia distintos (si se quiere puede utilizarse el término rutina, seguramente muchos comprenderán el significado que aquí intenta transmitirse).

Y pensé que los consejos de Regina en sus 50 lecciones de vida, podrían resultar un buen texto para invitar a la reflexión en un momento como este.

Hoy, tras las consecuentes reflexiones y tres días después de retomar la actividad laboral, descubro que la pobrecita depresión postvacacional duró el tiempo que tardó en arrancar el ordenador... engullida por cientos de correos electrónicos y un taco de escritos.

El final de todo viaje, siempre trae consigo un cierto aroma de regreso.

Buenas... de nuevo.

Artea

Bonus track.-



Tema: Moonrise
Autor: Brian Crain
Álbum: A simple life (2005)

4 comentarios:

Susana dijo...

Sé bien(re)venido....

Nunca está de más volver a leer este texto, es de los que deberíamos tener siempre presentes....

Un abrazo bien fuerte, Artea.

Artea dijo...

Hola, de nuevo, Susana.-

Son muchos los textos que deberíamos tener presentes.
De ahí que lo mejor sea incorporar su esencia a nuestro quehacer diario... pues de lo contrario no dejan de ser una colección de buenas intenciones.

Un fuerte abrazo.

Lughnasad dijo...

Grandísimas reflexiones, y que sean tan evidentes para nuestros ojos invidentes, las hacen imprescindibles.

Artea dijo...

Hola Lughnasad.-

Un placer leerte de nuevo por estos lugares.

Cierto es que el texto, como muchos otros, es tan evidente que pasa desapercibido.

Como sucede con la mayor parte de las cosas buenas de la vida.

Un fuerte abrazo.